
Biosensores
Coautoría: Lola Molina Fernández, Isabel María Sánchez Almazo
En la imagen se muestra el detalle microscópico de un pelo, uno de entre los numerosos que componen la pequeña corona que rodea los estambres de la flor de Tradescantia, una planta común en nuestros jardines. Lo que resulta especialmente interesante es que esta planta ha sido objeto de extensos estudios debido a su sensibilidad a ciertos agentes tóxicos. Cuando se expone a sustancias contaminantes, muestra una serie de respuestas fisiológicas, incluyendo cambios en la morfología, coloración y tasa de crecimiento. Estas respuestas se deben a la activación de genes específicos relacionados con el estrés y la respuesta a las toxinas.La utilización de plantas como biosensores tiene un enorme potencial en aplicaciones relacionadas con la vigilancia temprana del medio ambiente. Pueden constituir un medio altamente sensible y económico para detectar la contaminación química en el agua, en el aire y en el suelo. ¿No sería interesante vigilar la calidad ambiental de nuestros cultivos con plantas autóctonas sensibles a las alteraciones del medio?